El Rey Libertador

Me alegro de veros...

Lamentamos interrumpir vuestro descanso.

Pero hay algo que necesitamos consultar con vos.

Me temo que no me queda mucho tiempo... Así que ya no existen motivos para que os oculte nada.

Byleth
(...)

Me gustaría que confirmaseis mis sospechas. Sois la Furia Blanca, ¿verdad?

Si no me equivoco, eso significa que os contáis entre los descendientes de la Diosa, por lo que...

Yo soy la última hija de la Diosa Madre.

Hace milenios, llegó de un lugar muy lejano para vivir en este mismo continente.

Modificó su apariencia para asemejarse a los humanos y cedió parte de su sangre a fin de dar a luz a su descendencia.

Después, compartió sus conocimientos tanto con sus hijos como con los habitantes de Fódlan para construir una civilización próspera.

Pero los humanos dieron la espalda a sus enseñanzas. Se dedicaron a iniciar guerras estúpidas.

Algunos de ellos llegaron a creerse deidades y desafiaron a la Diosa.

El conflicto arrasó el continente y la mayor parte de la especie humana fue aniquilada.

Creo que esas Serpientes de las Tinieblas son los descendientes de aquellos que huyeron al inframundo en esa era.

Así que llevan rumiando su venganza todo este tiempo...

A la Diosa Madre le llevó mucho tiempo restablecer el mundo tras la devastación a la que fue sometido.

Pero, al final, la armonía regresó a nuestras tierras; y la Diosa, viendo su misión cumplida, cayó en un profundo letargo en el Sagrado Sepulcro.

Sus descendientes construyeron un asentamiento en Zanado para proteger la tumba y vivir en paz el resto de sus días...

Pero entonces llegó Némesis... y con él, el desastre.

Todavía recuerdo con nitidez el aspecto del Cañón Rojo teñido de sangre...

Nunca perdonaré a quienes empuñaron armas forjadas con la sangre de mis hermanos muertos.

Yo fui la única superviviente de la tragedia de Zanado, y durante un tiempo vagué por Fódlan sumida en mi sed de venganza.

Adopté el nombre de Seiros y fundé el Imperio con la intención de enfrentarme de nuevo a Némesis y a sus seguidores.

Increíble...

Abandoné Zanado para buscar a los hijos de la Diosa que quedaban desperdigados por todo el continente...

Finalmente, logramos acabar con Némesis en las llanuras de Tailtean y pudimos recuperar la Espada de la Creación.

Un momento... ¿¡Vos sois santa Seiros!? ¿Me estáis tomando el pelo?

Caballero de Seiros enters the scene

Profesor/Profesora, Claude: traigo noticias urgentes.

Si traes un mensaje, habla. No te preocupes por mí.

De acuerdo... No dejan de llegar mensajeros de las ciudades del este.

Aseguran que han sufrido los ataques de un ejército desconocido, que ha dejado a su paso innumerables bajas.

¿¡Qué!?

Según cuentan, las ciudades y aldeas que hay a lo largo del Paso del Este de Gronder, en las tierras de Hrym, han quedado reducidas a escombros.

En algunos casos ni siquiera ha habido supervivientes.

¡Rayos! ¿Procederían de Shambhala? Puede que todavía se ocultaran allí algunas tropas del enemigo.

Rhea
(...)

Caballero de Seiros enters the scene

Hilda enters the scene

Mis señores, nos han informado de que un ejército de identidad desconocida acaba de cruzar el Gran Puente de Myrddin.

¡Las fuerzas de la Alianza trataron de plantarles cara, pero han sido derrotadas!

Sí que han avanzado deprisa. ¿Se encuentra bien el conde de Gloucester?

Hilda

Sí, pero mi hermano, que había llegado junto a otros refuerzos, ha sido herido de gravedad.

¿Me estás diciendo que ni siquiera un general tan avezado como Holst es rival para ellos?

Hilda

El comandante enemigo posee un arma muy similar a la Espada de la Creación. Mi hermano no ha podido hacer nada para detenerlo.

¿Similar a la Espada de la Creación?

No puede ser...

Portan un estandarte con el emblema de fuego. Lo hemos divisado cuando sus tropas recorrían el río Airmid en dirección oeste.

(!)

Creemos que su objetivo es Garreg Mach, así que nos estamos preparando para la inminente batalla.

Caballero de Seiros, Caballero de Seiros, Hilda leave the scene

Un arma parecida a la Espada de la Creación y un estandarte con el emblema de fuego...

No cabe duda. Quien comanda ese ejército... ¡es Némesis en persona!

¿En serio? ¿De verdad creéis que el Rey Libertador ha resucitado?

Quizá, al caer Shambhala, su sello se rompió...

La Diosa Madre albergaba en su sangre un poder con el que sus hijos no podríamos ni siquiera soñar.

Y Némesis se hizo con ella, de modo que no me sorprendería en lo más mínimo.

La sangre de la Diosa... Ah, claro, robó sus restos del Sagrado Sepulcro.

De la sangre obtuvo el emblema de fuego. De los huesos y el corazón, la Espada de la Creación.

¿Cómo? ¿De sus huesos y corazón?

El corazón, en concreto, es la piedra emblema que lleva engarzada la espada.

Lo mismo ocurre con los emblemas de los Diez Elegidos y las otras piedras emblema: son la sangre y los corazones de los hijos de la Diosa.

Son una creación de las Serpientes de las Tinieblas, pero siguen siendo robados: la Diosa nunca concedió ese poder a los humanos.

Los emblemas de los Diez Elegidos, las piedras emblema, las reliquias... Así que todo es obra de esos desalmados...

Y Némesis los usó junto con la Espada de la Creación para matar a todos los hijos de la Diosa que se encontraban en Zanado.

Dicho de otro modo: fueron asesinados con armas fabricadas con los restos de sus propios hermanos. Qué historia tan atroz...

Pero hay algo que no encaja... La Espada de la Creación del profe/de la profe no tiene una piedra emblema.

¿Cómo logra extraer todo el poder del arma?

Porque la piedra emblema de la Diosa reside en su interior.

(...)

Cuando, bajo el nombre de santa Seiros, derroté a Némesis, recuperé el corazón de la Diosa.

E intenté usarlo para devolverla a la vida.

Aunque sabía que ese anhelo requería cometer ciertos sacrilegios, deseaba volver con ella... quería ver a mi madre una vez más.

¿E introdujisteis su corazón dentro de mí?

En efecto. Pensé que, si lograba resucitarla, recuperaría todo aquello que había perdido...

Así que de esto iba todo.

Yo ya intuía que la conciencia de la Diosa Madre había despertado dentro de ti.

Y mis sospechas han resultado ser fundadas. Pero, tras cederte su fuerza, ella desapareció...

Así que mis deseos no se han cumplido, aunque nos queda el consuelo de que has heredado sus poderes.

En ti recae la responsabilidad de utilizarlos para derrotar a Némesis de una vez por todas.