Catherine & Shamir C / houses.fedatamine.com

Shamir, Catherine enter the scene

Y, de repente, va y dice: «¡Pero si no tengo caballo!». Es gracioso, ¿no te parece?

(...)

¿Qué pasa, Shamir? ¿Por qué no te ríes? ¿No te ha hecho gracia?

Claro.

¡Pues vamos, ríete un poco! Podrías intentar ser un poco más efusiva...

¿Es que estoy obligada a serlo?

No es cuestión de que estés obligada o no. Se trata, más bien, de mostrar algo de simpatía hacia tus camaradas.

Cuando nos conocimos, por ejemplo, yo me molesté en presentarme y traté de ser agradable.

Y tú solo dijiste: «Hola, soy Shamir».

Recuerdo que pensé que no ibas a ser de trato fácil.

Eso sí que tiene gracia.

Yo solo recuerdo pensar que eras como esos caballeros a los que les encanta oírse hablar.

De esos que se aferran a la palabrería porque su valía queda en evidencia en el campo de batalla.

Eres un poco arisca. ¿De verdad pensaste eso?

Sí.

Pero supongo que habrás cambiado de opinión tras haberme visto en acción, ¿no?

Pues sí. No esperaba que fueras tan fuerte.

Bueno, a pesar de tu nula simpatía, has cumplido con tu deber a la perfección.

Y sé que siempre estarás ahí para cubrirme las espaldas. Quizá debería relajarme un poco y dejar que asumas un papel más importante en la batalla.

Suena a que voy a tener mucho más trabajo.

Formamos un buen equipo.

¡Estamos en el mismo barco, así que más nos vale llevarnos bien! ¿No crees, camarada?

Si tú lo dices, no seré yo quien te lleve la contraria.