Hilda & Seteth B

Hilda
(¡Ay, es Seteth! Más vale que me largue antes de que...)

Seteth
Ah, veo que estás aquí leyendo. Infiero que te gustan los libros, ¿verdad?

Hilda
Sí. ¡Leer es uno de mis pasatiempos favoritos! En realidad ya estaba acabando, así que yo...

Seteth
Qué oportuno.

Hilda
¿Oportuno? ¿Por qué?

Seteth
Ven conmigo. Tengo una historia que contarte.

Seteth
Érase una vez, en lo recóndito de las frías montañas, un zorro muy perezoso y una ardilla muy laboriosa.

Seteth
La ardilla trabajaba sin descanso todo el día, mientras que el zorro no hacía más que divertirse.

Seteth
Llegó el otoño, y la ardilla se afanaba en recoger bellotas para el invierno, pero el zorro continuó con su rutina de diversión.

Seteth
El crudo invierno cayó, y las montañas se cubrieron de nieve, ocultando todo vestigio de alimento.

Seteth
El hambriento zorro fue a la madriguera de la ardilla, pero ella estaba hibernando y tenía todo cerrado a cal y canto.

Seteth
De vez en cuando se despertaba para disfrutar de un bocado de bellota y luego volvía a su letargo.

Seteth
El zorro, por otra parte, sin nadie a quien acudir, se vio obligado a buscar comida bajo el crudo frío que azotaba el bosque.

Seteth
Desamparado y hambriento, vagó solo durante todo el invierno, hasta que llegó la primavera de nuevo.

Seteth
Y esa es la razón por la que, a día de hoy, los zorros han sido privados del regalo que supone hibernar.

Hilda
¡Vaya, he aprendido algo interesante sobre los zorros!

Hilda
Cuando era pequeña leía un montón de fábulas como esta.

Hilda
Pero nunca había oído hablar del zorro perezoso y la ardilla laboriosa.

Seteth
Considerando que la he escrito yo, no me extraña en absoluto.

Hilda
¿Que la has escrito tú?

Seteth
Así es. Cuando Flayn era pequeña, adoraba las fábulas más que nada, y yo se las leía a menudo.

Seteth
Esta, sin embargo, es de más reciente creación. La escribí para los niños del monasterio.

Seteth
Dime, ¿qué te parece? Tengo curiosidad por saber qué impresión te ha causado.

Hilda
¡Pues que es muy bonito!

Seteth
¿Bonito... dices?

Hilda
Casi puedo verte escribiendo historias para tu hermanita pequeña. ¡Qué mono!

Hilda
A decir verdad, siempre me has parecido un poco serio y tremendamente perspicaz.

Hilda
¡Pero ahora que sé que tienes un lado tierno, te veo de una manera totalmente distinta!

Seteth
Bueno... Esto no era exactamente lo que esperaba oír.