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Byleth, Claude enter the scene
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Claude
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Hola, profe... ¿Qué te trae a la Torre de la Diosa?
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Claude
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Da igual, no respondas; está claro que no soportabas el gentío del baile y has escapado, ¿verdad?
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Claude
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No tiene nada de malo admitir que no te gustan las multitudes.
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Claude
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Te comprendo, de verdad. Yo tampoco las soporto.
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No te creo.
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Claude
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¡Ja! Me conoces muy bien, ¿verdad? Pero lo digo en serio: las fiestas no son lo mío.
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Claude
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Me gusta la música, pero los bailecitos que están de moda entre la nobleza son un poco cursis.
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Claude
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Nunca me enseñaron qué hacer en estos casos. Supongo que mi educación deja mucho que desear.
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Claude
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Sí, a pesar de eso. Por mucho que ahora ostente un nuevo título, el estatus social no le cambia a uno la personalidad.
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Claude
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Pero pasemos a temas más interesantes, profe. ¿Conoces la leyenda que se cuenta acerca de esta torre?
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Claude
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Dice que, si un hombre y una mujer rezan esta noche para pedir un deseo, la Diosa se lo concederá sin falta.
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¿Por qué esta noche en concreto?
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Claude
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¿Quién sabe?... Quizá guarde relación con el aniversario que conmemora el día en el que se acabó de construir el monasterio.
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Claude
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Puede que la Diosa descienda esta noche de los cielos para celebrar la ocasión con nosotros. Digo yo que a ella también le gustará divertirse, ¿no?
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Claude
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Pero, vamos, solo es una leyenda que cuentan los estudiantes. No es que esté atestiguado por nadie.
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Claude
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Sea cierto o no, nunca está de más probar suerte en estos casos. ¿Te animas a pedir un deseo conmigo, profe, a ver si se hace realidad?
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¿Y qué pediríamos?
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Claude
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Mmm... Veamos... ¿Qué tal si pedimos que se hagan realidad nuestros sueños?
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Claude
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No pareces una persona egoísta, pero seguro que, como todo el mundo, tú también tienes alguna ambición en la vida.
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Claude
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Me lo imaginaba. ¡Nos pasa a todos!
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Claude
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Bueno, igual no eres consciente de ello, pero seguro que hay algo que tu corazoncito ansía por encima de todo.
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Claude
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Me lo imaginaba. ¡Nos pasa a todos!
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Claude
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En esta vida nunca estamos plenamente satisfechos; siempre hay algún deseo que anida en nuestro interior. Si no fuera así, la vida no tendría sentido.
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Claude
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Y yo no soy diferente, claro está. Sin darme cuenta, he empezado a albergar grandes ambiciones.
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Claude
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Algún día, profe, me gustaría compartirlas contigo.
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Claude
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¡Pero no adelantemos acontecimientos! Ahora lo que toca es rezarle a la Diosa antes de que se nos haga demasiado tarde. Ejem...
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Claude
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¡Oh, Diosa, que estás en los cielos! ¡Te rogamos que contestes a nuestras súplicas! ¡Concédenos el deseo que humildemente te solicitamos!
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Claude
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Mmm...
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Claude
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Supongo que con eso bastará... ¿Crees que la Diosa convertirá nuestros sueños en realidad?
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Podría ser.
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Claude
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Bueno, por lo menos, hemos hecho cuanto hemos podido. Solo nos queda confiar en que nos escuche.
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Claude
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En fin, ya es hora de volver al baile. Los demás te estarán buscando.
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Claude
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Pero prométeme que me concederás un baile, profe. Mientras no sea uno de esos tan cursis, ¡te aseguro que me las arreglaré para no pisarte los pies!