Balthus & Lysithea B

Lysithea
Balthus, ¿tienes un momento?

Balthus
¡Caramba, pero si es la señorita de la Casa Ordelia! ¿Qué puedo hacer por ti?

Lysithea
Me dejaste intrigada con aquello que dijiste de que mis padres te salvaron.

Balthus
Ah, sí. Al final no te lo conté.

Balthus
Tras irme de casa, me convertí en un vagabundo. Me metí en peleas, me endeudé más de la cuenta... En fin, lo típico.

Lysithea
Sí, esa parte la conozco. Estabas hecho todo un haragán.

Balthus
Fuese adonde fuese, me trataban como escoria. Me costaba hasta conseguir comida para sobrevivir.

Balthus
Estaba claro que no era bienvenido en la Alianza, así que decidí buscar suerte en el Imperio.

Balthus
Mi gran error fue hacer una parada en el Gran Puente de Myrddin.

Balthus
Para colmo de males, un hidalgo del norte del puente le había puesto precio a mi cabeza.

Lysithea
Qué horrible...

Balthus
Si hubiese estado solo, no habría habido problema, pero había gente inocente a la que no quería poner en peligro.

Balthus
Por eso di media vuelta y hui lo más rápido posible. Acabé en las tierras de los Ordelia.

Balthus
Conocía al conde de Ordelia de cuando aún vivía con mi familia, así que bendije mi suerte.

Balthus
Tenía la esperanza de que, al conocer mi identidad, me acogerían en su territorio... pero no fue así.

Lysithea
¿Se negaron a darte asilo?

Balthus
Eso es. Estoy seguro de que tenían un buen motivo, pero me pidieron que abandonase sus tierras.

Lysithea
Ah... Debió de ser cuando el Imperio se dedicó a interferir en los asuntos de mi familia. Fueron tiempos difíciles.

Balthus
Tiene sentido. Aun así, les estoy agradecido. Me dieron comida y entretuvieron a los soldados imperiales para permitirme huir.

Balthus
Estaba al borde de la inanición. Se puede decir sin temor a exagerar que tu familia me salvó la vida.

Balthus
Tiemblo solo de imaginar lo que el Imperio habría hecho conmigo. Ya te digo yo que nada bueno.

Lysithea
No lo dudo. No nos estaba permitido contactar con el exterior. Estaba estrictamente prohibido.

Balthus
Entiendo. En fin, en ese momento me prometí que pagaría mi deuda. Algún día lo haré.

Lysithea
¿Y eso cuándo va a ocurrir exactamente?

Lysithea
Para serte sincera, no te considero un hombre de palabra... ni te veo capaz de llevar una vida ordenada, la verdad.

Balthus
Y con toda la razón. Me va a costar saldar la deuda, pero me las arreglaré para conseguirlo. Ya lo verás.