Claude & Leonie C / houses.fedatamine.com

Claude, Leonie enter the scene

(¿Es normal que el agua esté tan fría?...)

(¡Ay, madre! ¡Que se me escurre!)

Eh, jovencito. ¿Qué diantres estás haciendo?

¡Perdón! ¡Lo siento! Ya me iba...

(No sé por qué siempre tengo la manía de meterme en camisa de once varas.)

¿Qué te ha pasado, Claude? ¡Estás empapado!

El friegaplatos está enfermo hoy y me he ofrecido a sustituirlo. No tenía nada mejor que hacer.

¡Ni te imaginas la de platos sucios que se acumulan en el monasterio! La señora de la cantina me ha regañado por romper platos y empaparme entero.

Vamos, que ha sido un desastre. Y muy cansado. No me vendría mal una siesta.

Serás noble de nacimiento, pero no lo pareces para nada.

Ser noble o plebeyo no tiene nada que ver con fregar platos, ¿no?

¿Eso crees? La mayoría de los nobles se negarían a fregar platos.

Pero no me estoy metiendo contigo, ¿eh? Me gusta que no te creas mejor que nadie.

Me honra que reconozcas mi decencia.

Y reconozco que me gusta tu forma brusca y directa de alabar las virtudes de la gente.

¿De verdad? Pues, para serte sincera, no creo ser buena calando a la gente.

Siempre quiero ver lo mejor de cada cual, pero eso no quiere decir que haya algo bueno que ver.

Por ejemplo... A mí me pareces buena persona, pero igual luego tienes el corazón podrido.

Dices que no confías en tus propios juicios, pero lo que has dicho es muy atinado.

No fiarse de las apariencias demuestra mucha sabiduría.

Lo tendré en cuenta.

¡Pero me fío más de mí misma que de un tipo que está empapado y cubierto de espuma!

¡Achíiis! Y no te culpo por ello...